Un grupo de víctimas de abuso sexual en la Iglesia Católica, respaldado por defensores comprometidos, ha concluido una impactante peregrinación de seis días a Roma. La travesía, que abarcó 130 kilómetros a lo largo de la histórica Vía Francígena desde Canterbury, Inglaterra, hasta la Ciudad Eterna, culminó con un llamado urgente al Papa Francisco para que aplique la «tolerancia cero» contra el abuso clerical.
Diez personas lideraron esta marcha, que precedió a una cumbre en el Vaticano centrada en el futuro de la Iglesia. Las demandas de los manifestantes son claras: exigen la destitución inmediata de sacerdotes sospechosos de abuso, el despido de obispos culpables de encubrimientos y la obligación de informar los casos de abuso a las autoridades civiles.
Los escándalos de abuso sexual y encubrimiento han dejado una profunda marca en la reputación de la Iglesia Católica, representando un desafío significativo para el Papa Francisco. A pesar de las medidas adoptadas por el pontífice para responsabilizar más a la jerarquía de la Iglesia, los críticos argumentan que las reformas aún no van lo suficientemente lejos y se aplican de manera desigual en las distintas Iglesias Católicas nacionales.
Este valiente grupo de activistas llegó a Roma justo antes de una reunión crucial en el Vaticano, donde se debatirá no solo el tema del abuso clerical, sino también cuestiones vitales como el papel de las mujeres en la Iglesia y la actitud hacia las personas LGBT.
En este contexto, informamos que Spes Viva, representado por su director, Napoleón Guzmán, participó en reuniones con comités de la ONU en el Palais Wilson. Estas discusiones abordaron una variedad de temas relacionados con los derechos de niñas, niños y adolescentes, destacando las recomendaciones previas emitidas por la ONU en años anteriores.
Un agradecimiento especial se dirige a Sara Oviedo, ex Vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño en la ONU, cuyo apoyo fue fundamental para esta colaboración significativa con Ending Clergy Abuse (ECA). En un momento en que la búsqueda de justicia y reforma resuena en los pasillos del Vaticano y en las oficinas de organismos internacionales, estas voces valientes están marcando un hito en la lucha por la transparencia y la protección de los vulnerables dentro de la Iglesia Católica.